sábado, 8 de septiembre de 2012

VISITA FUGAZ A LOS CARPATOS ESLOVACOS

Cuando en el mes de mayo me enteré que por motivos ajenos a mi voluntad iba a tener que pasar mis 17 días de vacaciones de junio en la monumental ciudad de Viena se me vino el mundo encima. Es broma, agradable ciudad, pero pensé: "los Carpatos no tienen que quedar muy lejos no?". Dicho y hecho, en cuatro horitas en coche desde Viena te plantas en el sector eslovaco de ese impresionante macizo montañoso que recorre Europa del Este en forma de herradura: comienzan (o acaban, según se mire) en Austria y Republica Checa por el noroeste, continuando hacia el este por el sur de Polonia y Eslovaquia, girando al sureste hacia Hungría, Ucrania y Rumania y muriendo en el Danubio en la frontera con Serbia, os hacéis una idea no?.




Concretamente en el norte de Eslovaquia se encuentran las mayores elevaciones de dicha Cordillera y del continente europeo al este de Los Alpes, en Los Altos Tatras, cerquita de la frontera con Polonia, con el Gelarchovsky de 2655 m. como máxima elevación. Los Altos Tatras recuerdan en cierta manera a nuestros Picos de Europa, por lo vertical (menos que Los Picos) y rocoso de sus cumbres pero con las diferencias que marcan la composición granítica de sus rocas y los bosques de coníferas que cubren su base, alerces (Larix decidua), píceas (Picea abies) y pinos albares (Pinus silvestris).


                                                       
                                                           Altos Tatras


La fauna de pelo y pluma de Los Altos Tatras no varia demasiado respecto a la del resto de Los Carpatos, salvo los matices que les otorga su carácter alpino, con el Rebeco de Los Tatras (Rupicapra rupicapra tatrica) como principal singularidad, con un censo en el 2011 en torno a los 900 individuos entre Eslovaquia y Polonia, próximo al pico contabilizado en la misma zona en los años sesenta. Otro centenar campea en Los Bajos Tatras (un poquito mas al sur en Eslovaquia) introducidos en los años setenta (la fuente de todas estas cifras es Wikipedia, así que con pinzas).




Este carácter alpino tambien le permite a la marmota (Marmota marmota) habitar estas montañas, unicas montañas en Europa junto con Los Alpes y Los Pirineos con presencia de la especie, citando la bibliografia dos subespecies, M. marmota marmota y M. marmota latirostris en Los Altos Tatras.




La avifauna que mas me llamo la atención, mas que por su singularidad o escasez, por no estar acostumbrado a verlo, fue el cascanueces (Nucifraga caryocatactes), corvido con amplia distribución por los bosques de coniferas del centro y norte de Europa y que posó confiado durante unos instantes.
Tambien fue fácil ver pardillo sizerin (Carduelis flammea) y a parte de estas dos especies nada que no hubiera visto antes en las zonas de montaña del norte de la Península Ibérica.




Otra zona de Los Carpatos eslovacos que visitamos fueron los Tatras Occidentales, concretamente el parque nacional de Velka Fatra, donde desaparece el carácter alpino de Los Altos Tatras y asemejándose a la idea que al menos yo tenia de estas montañas, con pendientes mas suaves, formas redondeadas con altitudes máximas en torno a los 1500-1600 m. e interminables bosques mixtos, compuestos por hayas (Fagus sylvatica), arces (Acer pseudoplatanus, A. plataniodes y A.campestre), tilos (Tilia cordata), píceas y abetos (Abies alba) que yo viera, más el sotobosque correspondiente.


                                                               Velka Fatra


La observación de fauna la vi bastante complicada principalmente por la ausencia de zonas libres de arbolado maduro desde donde poder otear (pensando en  mamiferos de cierto tamaño) pero por lo que dicen deben merodear esas selvas linces europeos (Linx linx), lobos (Canis lupus lupus) y osos pardos (Ursus arctos) con relativa abundancia y resto de ungulados del Este de Europa, salvo bisonte europeo (Bison bonasus). La avifauna forestal que dio la nota discordante fueron el pico dorsiblanco y el papamoscas collarino.
Son unas montañas con una importante presencia humana concentrada en los fondos de los valle, muy extensos en algunos casos y sin asentamientos humanos dispersos por las montañas como ocurre en las sierras ibericas, salvo la generada por las actividades relacionadas con el esqui y los deportes de montaña (Altos Tatras) y por la explotacion de los recursos naturales como madera y leña.

















Por último os enseño la manera tan sencilla, barata y eficaz con la que los eslovenos señalizan su amplia red de senderos dentro de los espacios naturales protegidos, a ver si se nos pega algo